Lo que quizás se ignora es que los saharauis siempre corean, con toda convicción unos versos, casi ya convertidos en rezo: el Sahara no se vende, y aunque esta expresión, traducida pierde algo de elegancia por una cuestión melódica, semánticamente sigue trasmitiendo el mismo mensaje. El Sahara es de los saharauis y nadie debe, ni tiene, ni puede decidir por ellos.Sahara no se vende retrata la aventura de tres amigos que en abril de 2007, durante la celebración de la IV edición del Festival Internacional de Cine del Sahara, se embarcaron en la tarea de impartir un curso de fotografía en el campamento de refugiados de Dajal, Argelia.
Mediante un montaje fresco y dinámico, a ritmo de las canciones de Manu Chao, Ojos de Brujo, Chambao, Gualitxo, Tahures Zurdos, Tonino Canotone y Amparanoia, la película constituye un viaje visual a través de la historia del pueblo saharaui, la situación actual en los campamentos de refugiados en el sur de Argelia y las claves para el futuro de un conflicto que dura más de 31 años.
Mediante un montaje fresco y dinámico, a ritmo de las canciones de Manu Chao, Ojos de Brujo, Chambao, Gualitxo, Tahures Zurdos, Tonino Canotone y Amparanoia, la película constituye un viaje visual a través de la historia del pueblo saharaui, la situación actual en los campamentos de refugiados en el sur de Argelia y las claves para el futuro de un conflicto que dura más de 31 años.
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